En estos tiempos que corren no he encontrado nada mejor para expresarme que este poema de Brecht.
Una de las cosas que mas me hace pensar Bertolt Brecht, es que siendo agnóstico, se acerque tanto a la doctrina de Jesucristo. Curioso.

DURO HA SIDO VOLVER.

No se por donde empezar, creerme que lo he intentado muchas veces, pero era imposible, pretendía evitar hablar de lo que me estaba pasando para no haceros cómplices de mi tristeza. Han sido cuatro meses tremendos prácticamente atados a una cama y la verdad es que habría estado mucho más. Aunque solo me hacia insinuaciones estoy convencido que el sabia el desenlace, por eso se hizo mas intensa nuestra relación. Creo que en este tiempo he hablado mas que en toda mi vida con el y sigo hasta el día de hoy, el pensamiento me lleva a consultar su opinión sobre la situación que se plantea en cada momento. Ya se lo había oído a amigos que han pasado por ello, pero me parecía que yo lo tomaría de otra manera, pues siempre he aceptado la muerte como una transición hacia otro estado mejor. Fue Francisco Pino, el que me convenció de esa filosofía, el decía: que estaba muy preparado y que pensaba que la muerte era como abrir una puerta y pasar al otro lado. Que ese momento tenia que ser el más intenso que un ser humano puede experimentar. Algo muy por encima de la satisfacción que produce un orgasmo, porque al liberarse la energía del cuerpo se tiene que alcanzar un estado de placer tan inmenso, que te quedas atrapado en él para la eternidad.
Yo también he reflexionado a partir de esa teoría de nuestropoeta y posiblemente sea así, pero prefería tener a mi padre al lado para hablar con el como hemos hablado siempre, con muy pocas palabras, no las necesitábamos, hablábamos mirándonos. Los dos sabíamos lo que pensaba el otro y esos silencios ahora se siguen produciendo pero me faltan su ojos para poder interpretarlos.